¿A quién no le han preguntado alguna vez aquello de “practicas algún deporte”?. El deporte en sí es aquella actividad física ejercida dentro de un juego o una competición de cualquier tipo, cuya práctica está sujeta a unas normas específicas. Esta actividad física puede ser un simple entretenimiento , una competición, un juego por placer o un ejercicio físico y/o mental que nos sirva para estar en forma o recuperar algún estado perdido. Como dato de interés, la práctica del deporte parece una actividad exclusivamente humana, ya que no se registran actividades similares en otras formas de vida animal.
Hoy en día, el deporte se considera una práctica fundamental para la calidad de vida de las personas. Quien más, quien menos, necesita un poco de deporte, ya sea al más alto nivel, o bien un simple paseo a ritmo rápido, como los marchadores, para cuidar tanto cuerpo como mente. El deporte se ha convertido, a su vez, en uno de los grandes modelos de entretenimiento de la sociedad. Es casi imposible encontrar un país al que no se le asocie con un deporte en concreto, como el fútbol con Inglaterra, el baloncesto con Estados Unidos , el karate con Japón, el taekwondo con Corea, la capoeira con Brasil, el tai chi con China, el rugby con Australia o Nueva Zelandia y el polo con Argentina, entre otros.
En este sentido, el deporte en general, con énfasis en ciertas prácticas de ejercicio aeróbico y anaeróbico, se consideran un verdadero arsenal terapéutico. Son muchas las enfermedades crónicas en las cuales la práctica deportiva es un componente cardinal del tratamiento. En este rubro se citan afecciones tan frecuentes como la obesidad, el síndrome metabólico, el sobrepeso, la hipertensión, la diabetes y numerosas reumatosis. Por otra parte, se recomienda el deporte como actividad en la terapia de distintas alteraciones de las funciones mentales superiores, como las neurosis, algunas psicopatías y el trastorno obsesivo compulsivo.
Es también el deporte un arma poderosa en la rehabilitación de las personas con capacidades diferentes, no sólo para aquellos con limitaciones motrices, como los niños y adultos con parálisis cerebral o con secuelas de lesiones medulares y óseas, sino también para las personas con síndrome de Down u otras anomalías cromosómicas. Basta observar el extraordinario despliegue de los Juegos Paralímpicos o de los campeonatos de fútbol para ciegos para reconocer el papel del deporte como herramienta de integración y de crecimiento de la personalidad y la autoestima.
Por tanto, nada mejor que practicar un poco de deporte. El bienestar y la salud forma parte fundamental de ello, y muestra el equilibrio perfecto entre la parte física y la mental. En todas las edades y condiciones de salud, siempre existe el espacio adecuado para que el deporte se convierta en un compañero diario, dirigido a optimizar el ritmo y la calidad de vida de las personas que disfrutan de estas actividades en sus variadas expresiones.
No hay comentarios:
Publicar un comentario