La glucosa (compuesto orgánico perteneciente al
grupo de los azúcares) es un hidrato
de carbono, monosacárido, hexosa (6 moléculas de carbono). En disolución
acuosa, la glucosa se cierra formando unos anillos de 6 lados, llamados
piranos.
Además es el carbohidrato más abundante, se le llama azúcar de
uva y en la sangre se encuentra en concentraciones de un gramo por litro. Al
polimerizarse (unirse a otras moléculas idénticas formado cadenas o polímeros)
da lugar a polisacáridos con función energética (almidón y glucógeno)
o con función estructural, como la celulosa de las plantas.
Es la principal fuente de energía para el
metabolismo celular. Se obtiene fundamentalmente a través de la alimentación, y
se almacena principalmente en el hígado, el cual tiene un papel primordial en
el mantenimiento de los niveles de glucosa en sangre (glucemia).
Para que esos niveles se mantengan y el almacenamiento en el
hígado sea adecuado, se precisa la ayuda de la insulina, sustancia producida por
el páncreas.
Cuando la insulina es insuficiente, la glucosa se acumula en
sangre, y si esta situación se mantiene, da lugar a una serie de complicaciones
en distintos órganos. Esta es la razón principal por la que se produce aumento
de glucosa en sangre, pero hay otras enfermedades y alteraciones que también la
provocan.
Esta es la cantidad aproximada de glucosa, representada con
cubos de azúcar en los alimentos.
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